No es una multinacional que anuncia sus medidas de protección y seguridad, mediante costosas de campañas de marketing. Es una "tienda de barrio", que, con su gesto y sus medidas de protección, evidencia el cuidado que pone en proteger a sus clientes del contagio. Apostamos por ellos.
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| La dueña de la tienda de ropa Entre Costura, Carmen Campos, coloca un cartel informativo para las clientas de este pequeño comercio de barrio. EFE/Kai Försterling |
Fuente: "EFE - 10/05/2020
Instalar un generador de ozono y un armario para desinfectar las prendas que se prueben las
clientas y no se compren es la iniciativa que ha adoptado una pequeña tienda de ropa de Valencia
para que, cuando reabra este lunes con cita previa, la clientela acuda tranquila y sin miedo a
contagiarse de corona virus.
clientas y no se compren es la iniciativa que ha adoptado una pequeña tienda de ropa de Valencia
para que, cuando reabra este lunes con cita previa, la clientela acuda tranquila y sin miedo a
contagiarse de corona virus.
seguridad de que la ropa que se prueben no se la ha probado otra persona un rato antes y que
no hay ningún problema", explica a EFE Carmen Campos, propietaria de Entre Costura, una tienda
de barrio de unos 25 metros cuadrados.
ya que ve "muy complicado, por no decir imposible", que en las grandes superficies se pueda
vigilar si la gente toca las prendas, aunque no se las llegue a probar. "El control no puede ser el
mismo", asegura.
Cuando levante de nuevo la persiana de su local, que esta semana cumple cinco años y en el que se
puede encontrar moda y complementos de mujer de marcas españolas y valencianas, un cartel
avisará de que el aforo máximo será de una persona, pues aquí "la gente no se para en el mostrador,
va mirando de perchero en perchero y es fácil cruzarse".
puede encontrar moda y complementos de mujer de marcas españolas y valencianas, un cartel
avisará de que el aforo máximo será de una persona, pues aquí "la gente no se para en el mostrador,
va mirando de perchero en perchero y es fácil cruzarse".
Además de limpiar a fondo el local, de sustituir la cortina del probador por un parabán, quitar
alfombras y adquirir guantes, gel hidroalcohólico y mascarillas por si alguien llega sin ellos, Carmen
ha comprado un generador de ozono y un armario de tela que ha colocado junto al probador, adonde
irán las prendas que las clientas se prueben pero no se lleven.
alfombras y adquirir guantes, gel hidroalcohólico y mascarillas por si alguien llega sin ellos, Carmen
ha comprado un generador de ozono y un armario de tela que ha colocado junto al probador, adonde
irán las prendas que las clientas se prueben pero no se lleven.
El ozonizador estará puesto a baja potencia durante el día, pero una vez cierre la tienda lo dejará en
marcha a mayor intensidad para que toda esa ropa quede desinfectada y libre de virus, lista para volver
a los percheros y ser puesta de nuevo a la venta.
marcha a mayor intensidad para que toda esa ropa quede desinfectada y libre de virus, lista para volver
a los percheros y ser puesta de nuevo a la venta.
Pero además de vender ropa y complementos, Carmen es artesana sombrerera: confecciona pamelas y
tocados totalmente a mano, que al menos antes de la pandemia se vendían mucho para primeras
comuniones y bodas -ha llegado a vender también a Inglaterra o Estados Unidos por internet- y
suponían la mitad de las ventas del establecimiento entre abril y octubre.
tocados totalmente a mano, que al menos antes de la pandemia se vendían mucho para primeras
comuniones y bodas -ha llegado a vender también a Inglaterra o Estados Unidos por internet- y
suponían la mitad de las ventas del establecimiento entre abril y octubre.
"Tenía muchos ya terminados para bodas de abril, mayo y junio, pero las celebraciones se han anulado
y me los he quedado, no me parece bien obligar a que se los lleven", afirma la artesana, quien
augura que este año "no va a ser lo mismo, ni mucho menos", debido que los eventos están "muy
parados".
y me los he quedado, no me parece bien obligar a que se los lleven", afirma la artesana, quien
augura que este año "no va a ser lo mismo, ni mucho menos", debido que los eventos están "muy
parados".
Explica que, por ejemplo, el año pasado en septiembre, que suele ser "un mes malo" porque la gente
vuelve de vacaciones, hace calor y aún no compra la ropa de invierno, pudo pagar los gastos de la
tienda gracias a la sombrerería, y destaca que, aunque vende algo por internet, lo habitual es que la
gente vaya la tienda "y se pruebe cuarenta modelos" a ver cómo le quedan.
vuelve de vacaciones, hace calor y aún no compra la ropa de invierno, pudo pagar los gastos de la
tienda gracias a la sombrerería, y destaca que, aunque vende algo por internet, lo habitual es que la
gente vaya la tienda "y se pruebe cuarenta modelos" a ver cómo le quedan.
Pese a todo, Carmen espera que cuando pueda reabrir con normalidad "ojalá haya cola para entrar" en
este establecimiento de Benimaclet. Ya le ha llamado alguna clienta para decirle "que la ropa no le
viene" y además, al ser una tienda de barrio, "el trato es muy cercano" y ha recibido "muchas llamadas
y mensajes preguntando cómo iba todo y diciendo que tenían ganas de venir".
este establecimiento de Benimaclet. Ya le ha llamado alguna clienta para decirle "que la ropa no le
viene" y además, al ser una tienda de barrio, "el trato es muy cercano" y ha recibido "muchas llamadas
y mensajes preguntando cómo iba todo y diciendo que tenían ganas de venir".

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